La actriz Stormy Daniels subió al estrado de testigos el martes en el juicio en que se le acusa al expresidente Donald Trump de pagar para silenciar revelaciones perjudiciales.

Trump, según las acusaciones, le pagó a Daniels para que no dijera nada sobre el encuentro que supuestamente tuvieron en 2006.

Daniels caminó con paso firme al entrar al tribunal, sin parar para ver a Trump, quien miró de frente mientras ella entraba.

Daniels afirma que tuvo un encuentro sexual con el expresidente una década antes de las elecciones de 2016. Trump lo niega.

Trump regresó el martes al tribunal, mientras enfrenta una amenaza de cárcel si sigue violando una orden mordaza y los fiscales se preparan para convocar a testigos clave.

Un abogado de Daniels, Clark Brewster, ya antes le había dicho a a The Associated Press que era “probable” que la actriz, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, sea llamada a testificar el martes. Trump comentó que le “dijeron recientemente” quién sería el testigo el martes y se quejó en una publicación de su red social Truth Social que luego borró diciendo que deberían haberle avisado con más antelación.

En las últimas semanas de la campaña presidencial de Trump en 2016, su entonces abogado y hombre de confianza, Michael Cohen, pagó a Daniels 130.000 dólares para que guardara silencio sobre lo que ella dice fue un encuentro sexual con Trump en julio de 2006. Trump niega haber tenido relaciones sexuales con Daniels.

El testimonio de Daniels, incluso esterilizado para poderse escuchar en un tribunal y despojado de detalles reveladores, es por lejos el acto más esperado en un juicio que ha alternado entre elementos sensacionalistas y detalles administrativos sosos. Su turno como testigo representará un momento notable desde el punto de vista jurídico y político. El testimonio en el tribunal de una actriz de cine para adultos sobre un encuentro íntimo que dice haber tenido con un expresidente estadounidense se suma a la larga lista de primicias históricas en este caso.

Mientras, pesa sobre Trump una severa advertencia del juez Juan M. Merchan de que violaciones adicionales a una orden de silencio que prohíbe a Trump hacer comentarios incendiarios extrajudiciales sobre testigos, miembros del jurado y otras personas estrechamente relacionadas con el caso podrían resultar en pena de cárcel.

El juez ha multado diez veces a Trump en los últimos días con sanciones de mil dólares cada una, nueve la semana pasada y una más ayer por violar la orden judicial de reservarse en sus declaraciones.